Tiene 35 años y, en menos de tres, se convirtió en uno de los personajes más temibles de la provincia. Confesó dos crímenes a golpes y estocadas de cuchillo, pero está vinculado a otro dos casos cometidos con idéntica crueldad. Marcelo Fabián Gómez, alias “El Filipino”, el primer homicida serial de la provincia, deberá purgar su culpa durante treinta años en prisión por dos de sus macabros crímenes, según la unificación de las condenas que dispuso el Tribunal Penal 1 de Posadas.En juicio abreviado, la fiscal Liliana Mabel Picazo lo acusó por “homicidio simple” y solicitó una condena de 19 años de cárcel por la muerte del vendedor de chipas Alcidez Suárez (44), ocurrido en febrero de 2012 en el barrio Ñu Porá de Garupá, a quien “El Filipino” Gómez le destrozó la cabeza a golpes y arrojó luego a un pozo de agua cabeza abajo.Los jueces integrantes del Tribunal Penal 1, Martín Errecaborde, Ángel Dejesús Cardozo y Eduardo D’Orsaneo, acompañaron la acusación fiscal pero en la condena le adicionaron la pena del Tribunal Penal 1 de Oberá, de once años de cárcel por el asesinato a puñaladas -en septiembre de 2009- del peluquero Elio Scarban (42). En total, ordenaron treinta años tras las rejas para el múltiple homicida.La confianza, su estrategiaMarcelo Gómez ingresó de esta forma al historial delictivo misionero con el mote de “el asesino serial de la provincia”. Su comportamiento lo rubricó con sangre y crueldad inaudita. Un hombre capaz de reparar un motor de auto, ganarse confianza demostrando voluntad para trabajar y una actitud tímida y de respeto, como cartas de presentación. Tanto así, que una de sus víctimas, el colono de Loreto, Anastasio Dos Santos, lo llamaba “sobrino”. Sin embargo, el cadáver de Dos Santos fue hallado en un mandiocal, diez días después de su desaparición, el viernes 17 de septiembre de 2010. Lo asesinaron a golpes en la cabeza. Y a quien buscaba la Policía como sospechoso, un tal “Hugo Flores”, era nada menos que Marcelo Gómez, cuyo documento de identidad fue hallado en un techo de paja de la vivienda de Dos Santos.Piedad ausenteLos investigadores lo describen como un delincuente impiadoso, de rápidos movimientos, que determinaba sus objetivos respondiendo a características concretas: personas mayores, que no puedan resistirse a sus golpes y puñaladas y a las que pudiera birlarles dinero o algún elemento de valor, que utilizaría para disfrutar sus crímenes con drogas y bebidas alcohólicas.Fuentes y pesquisas recalcan que “El Filipino” demostró placer por matar, por sobre cualquier pretensión de destacarse como un ladrón o asaltante.Su ficha de antecedentes e identidad apuntan que Marcelo Fabián Gómez también es conocido como “Manduricio”, “Pelado”, “El Camaleón” y “Sapo culeado”. Que nació el 17 de mayo de 1980 en Oberá, y es hijo de Emo Gómez y Dominga Magdalena Barboza. De estado civil soltero, pero que tuvo pareja en Santa Ana. En el momento precisoSiguiendo las causas en su contra y las últimas condenas, Marcelo Gómez, una vez que obtenía la confianza necesaria, se transformaba frente a sus víctimas en un ser sanguinario. Durante la madrugada del 13 de febrero de 2010 atacó a Alcides Suárez, con el que estuvo bebiendo y a quien le alquilaba una pieza en un predio de calles Las Flores casi Cataratas en Garupá. En ese lugar, y cuando el alcohol habría puesto en total desventaja a Suárez, “El Filipino” tomó un elemento contundente y le propinó una serie de tremendos golpes hasta provocarle el estallido de la cabeza. Luego tomó el cuerpo, lo envolvió en una frazada y lo arrojó a un pozo de agua en el patio.Baño de sangreEl sábado 30 de octubre de 2010, el canillita de Juana Ferreyra (75) se preocupó porque la anciana no respondía el llamado a la puerta y decidió ingresar a la vivienda de calle Hungría 3564 (casi Pasteur) en el barrio Palomar de Posadas. La encontró sin vida sobre un reguero de sangre. Lo que se barajó en un primer momento como la muerte accidental de una jubilada que se movilizaba con bastón, devino con los resultados de la autopsia en un brutal crimen: la víctima tenía golpes en la cabeza, un corte en la oreja izquierda y fracturas en las costillas.Testigos indicaron haber visto dialogando con la mujer a un sujeto con las características físicas similares a las de Marcelo Gómez. Más tarde, los investigadores lo observaron caminando por la zona después del crimen y lo atraparon en un inquilinato próximo al hospital Madariaga. Lo buscaban también por el crimen de Dos Santos.Sin evidencias suficientes recuperó la libertad, pero en febrero de 2010 les dio la razón a los detectives, al asesinar al chipero Suárez.Puñalada en el pecho Poco más de un año antes -el lunes 7 de septiembre de 2009- el peluquero Elio Scarban (42) se convirtió en su primera víctima fatal. “El Filipino” era su amigo, pero no demoró en transformarse en su victimario, lo golpeó y apuñaló en el pecho. Scabran, malherido, llegó hasta el frente de su vivienda, en calle Güemes y Antártida Argentina de Colonia Guaraní. Allí un testigo intentó ayudarlo, pero el estilista sólo alcanzó a decir uno de los apodos del asesino antes de fallecer: “Manduricio”.
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