La noticia da que hablar no sólo por la peculiaridad del caso, sino también por que quizás sea la primera vez que sucede algo así en Misiones. Un automovilista fue detenido por la Policía provincial bajo sospechas de haber chocado y matado a un motociclista, tras lo cual escapó con el rodado de la víctima incrustado en el capot por al menos tres kilómetros. Sin embargo, el sospechoso asegura que no fue él quien protagonizó la macabra acción, sino un delincuente que le había robado el automóvil horas antes.El polémico episodio tuvo lugar a última hora del viernes en la zona urbana de Colonia Wanda, a 260 kilómetros de Posadas, y derivó en una investigación que continuaba el domingo por la noche, por parte de las autoridades provinciales.PRIMERA EDICIÓN pudo saber que el alerta policial se encendió alrededor de las 23.30 del pasado viernes, cuando vecinos del barrio Belgrano de Wanda, emplazado hacia el sur de la localidad, dieron aviso a la comisaría local sobre un hecho insólito: un automóvil circulaba con una motocicleta incrustada en el capot.Y más. Los habitantes de la zona indicaron que el conductor había logrado deshacerse de la moto sobre calle Entre Ríos, tras lo cual emprendió una fuga hacia el sur. Los policías llegaron a ese lugar y confirmaron la versión telefónica.Enseguida se inició una investigación que arrojó primeramente una veintena de testigos que habían visto el extraño espectáculo, incluso por las calles céntricas de Wanda. Es que el vehículo habría circulado por al menos 15 minutos ante la vista de todo el pueblo. Más tarde, todo comenzaría a cerrar.Fue cuando desde otro punto de la ciudad, a unos tres kilómetros de distancia y sobre la ruta nacional 12, cerca del acceso a las minas de piedras preciosas, vecinos se toparon con el cuerpo sin vida de Carlino Rotela (34). Testigos y pericias determinaron que había sido víctima de un siniestro vial. Y así pudieron confirmar que la Motomel que había aparecido en el otro extremo del pueblo era de la víctima.De la investigación encabezada por efectivos de la comisaría de Wanda, a cargo del subcomisario Daniel Molina, y de la Unidad Regional V surgió además que el rodado involucrado era un Mazda modelo 626 de color azul. Los investigadores aguardaron pacientemente por datos, que los llevaron hasta Puerto Esperanza, a 12 kilómetros de Wanda. Tras una sigilosa vigilancia, el último sábado por la tarde los policías finalmente dieron con ese auto, que estaba estacionado en una vivienda del barrio 25 de Mayo.El vehículo fue secuestrado y a los pocos minutos cayó también su dueño y principal sospechoso del hecho. Se trata de un hombre de 41 años, empleado de una firma maderera de la zona. Sobre él se ciernen las principales sospechas.Sin embargo, la historia no termina ahí. Es que el dueño del Mazda aseguró no tener nada que ver con el hecho y mostró la copia de una denuncia radicada el sábado por la mañana en la comisaría Primera de Puerto Iguazú, donde aseguró que le habían robado el auto antes del siniestro fatal.Según el relato que consta en ese documento, había dejado estacionado el Mazda 626 sobre avenida Guaraní de Iguazú durante los primeros minutos de oscuridad del viernes. El sábado, cuando fue a buscarlo, ya no estaba.Ante la serie de versiones, será ahora la Justicia la que tenga la última palabra. El conductor detenido declararía en las próximas horas ante el magistrado Osvaldo Lunge, a cargo del Juzgado de Instrucción 3 de Puerto Iguazú. Su testimonio junto al de los testigos quizás permita echar algo de luz al hecho.El caso García, un antecedente a nivel nacionalSimilar, aunque con algunas características diferentes, aparece en la memoria colectiva como antecedente inmediato el caso que involucró a Pablo García, hijo del reconocido locutor y periodista Eduardo Aliverti, que sacudió a la opinión pública nacional. El 17 de febrero del 2013, García conducía su Peugeot 504 en el ingreso al ramal Pilar en su cruce con la ruta 25 cuando embistió a Reinaldo Rodas (53), que iba en bicicleta. Por el impacto, Rodas, que esa madrugada se dirigía a su trabajo como vigilador en un country de Pilar, ingresó por el parabrisas y quedó adentro del habitáculo, al lado del conductor.El locutor condujo 17 kilómetros sin detenerse hasta el peaje, donde llegó con el cuerpo de Rodas incrustado en el habitáculo de su auto. Allí fue demorado y trasladado a un hospital, donde le hicieron un test de alcoholemia, que le dio positivo (tenía 1,45 gramos de alcohol en sangre, casi el triple del dosaje máximo permitido).
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